19 Mar La vuelta al mundo en 14 tragos
La gastronomía es una gran excusa viajera y parte de la cultura de un pueblo. Pero a menudo se nos olvida que la bebida también es parte de esa herencia culinaria. Aquí va un viaje por el globo siguiendo 14 bebidas nacionales muy emblemáticas
Grappa – Italia
Es un aguardiente de entre 38º y 60º hecho con el orujo que queda después de exprimir las uvas para el vino, indispensable en toda buena sobremesa italiana. Aunque el aguardiente de orujo se hace en muchos lugares de Europa, los italianos han elevado su grappa a la categoría de delicatessen refinando el proceso de fabricación, seleccionando las uvas de partida, eliminando las partes leñosas y cuidando mucho el envase y la presentación. ¡Típico marketing italiano! Muy popular como digestivo.
Jägermeister – Alemania
De rabiosa actualidad fuera de las fronteras germanas, en el interior ya lo era desde hace tiempo, aunque en realidad se empezó a elaborar en Wolfenbüttel, una bella localidad de casitas de entramado de madera en el Estado de Baja Sajonia. Sus inventores se jactan de que son necesarias hasta 56 especias, raíces y frutas para su elaboración. Tiene 35º.
Pisco – Perú
Aunque también es muy popular en Chile, el pisco es el trago nacional peruano. Es un destilado elaborado a partir del vino fermentado de ciertas variedades de uvas. Es una bebida mestiza, pues nace de cepas traídas por los españoles desde las islas Canarias y de la tradición local del destilado. Su graduación de alcohol oscila entre los 33º y 50º y se toma a palo seco o en uno de los cócteles más ricos del universo: el pisco sour.
Ron – Cuba
Tiene su origen en el Caribe —unos dicen que en Barbados, otros que en Jamaica, o incluso en las Antillas francesas—, pero si hay un país que se identifique con este fermentado y destilado de caña de azúcar y melazas, envejecido luego en barricas de roble, es Cuba. Ron y Cuba son dos palabras inseparables. Y quienes hayan viajado allí saben que en Cuba, el ron sabe mejor. Además, ha dado a luz cócteles memorables que son ya patrimonio de la humanidad: el cubalibre, el mojito y el daiquirí.
No es una bebida alcohólica, pero sí el emblema de dos países vecinos, Argentina y Uruguay. El mate, o más precisamente la yerba mate, es la infusión nacional en ambos, tanto que los más frikis andan por el mundo, ya vayan de negocios o de placer, con el termo, la bombilla y la yerba bajo el brazo. No distingue horarios ni clases sociales y además los adictos valoran tanto el sabor como el ritual.
Cachaza – Brasil
Es la tercera bebida destilada más consumida del mundo. Y uno de los emblemas de Brasil, donde más de 40.000 fabricantes —en su mayoría, pequeñas empresas locales— producen casi la totalidad mundial de este destilado del jugo de la caña de azúcar fermentado. Si viajas por Brasil te la van a poner a todas horas y de mil maneras. Tiene 40 grados y da vida a otro cóctel que debería ser también patrimonio inmaterial de la humanidad: la caipirinha, elaborado en base a cachaza, lima, azúcar y hielo.
Amarula – África del sur
El gran descubrimiento de mis viajes por África. Se trata de una crema de licor —extremadamente parecida en color y textura al Baileys— que se elabora en el sur de África con el fruto de un árbol de la sabana llamado marula (Sclerocarya birrea). Alcanza hasta 18 metros de porte y es también conocido como árbol del elefante por la querencia de los paquidermos hacia esta fruta (se ve que a ellos también les pone). La bebida oficial de los safaris por África. Y está deliciosa.
Rajika – Balcanes
Obtenido por destilación de frutas fermentadas, esta bebida similar al brandy es muy popular en los Balcanes y el este de Europa, desde Eslovaquia a Chequia o Hungría. En Serbia es el licor nacional. La fruta más usada es la ciruela, pero también se obtiene de melocotón, pera, albaricoque o higos. Tiene un contenido de alcohol entre 50º y 60º y se toma a capón, sin mezclar; abstenerse estómagos remilgados o poco entrenados.
Sake – Japón
Estoy de viaje precisamente estos días por Japón y me pasa lo que a todos los occidentales: que pido un sake y no me entienden. Y es que aquí, lo que nosotros llamamos sake —es decir, una bebida transparente obtenida de la fermentación del arroz y de unos 14 grados alcohólicos— se llama en realidad nihonshu. Sake en japonés significa literalmente bebida alcohólica (puede ser hasta la cerveza). Pero bueno, lo pidas como lo pidas, está delicioso para acompañar la comida o terminar con los postres. Se toma caliente o del tiempo. En el frío invierno nipón un buen plato de ramen y una jarra de sake caliente resucitan a un muerto.
Canelazo – Ecuador
Bajo este nombre tan sonoro se oculta una bebida dulce que se sirve caliente y está compuesta de aguardiente de caña, azúcar o panela y agua hervida con canela en rama. Típica de las regiones montañosas de Los Andes para combatir el frío y festejar en las celebraciones invernales. No sabe igual el de la costa que el de la sierra.
Ouzo – Grecia
De sabor anisado y dulce, y elaborado en base a uvas, el ouzo es el licor de esta zona de la Europa mediterránea. Un licor transparente e incoloro siempre presente para endulzar los festejos y que se suele tomar como aperitivo. Tiene 40º.
Tequila – México
A pocos países se les identifica tan abiertamente con una bebida: México = tequila. ¿O no? Porque también se consume mucho mezcal, que está cada vez más de moda. Aunque son primos hermanos ni son ni saben igual. El tequila es originario de Jalisco y se obtiene a partir de una única especie de agave, el agave weber o azul. El mezcal se puede hacer hasta con 14 variedades diferentes de agave. Según el Consejo Regulador del Tequila, a 30 de octubre de 2018 había 1.407 marcas de tequila registradas. Se exportan más de 200 millones de litros de tequila al año y el 81% va a EE UU. En cualquier caso, con tequila o con mezcal… ¡viva México!
Soju – Corea del Sur
Bastante parecida al vodka, es el trago nacional coreano y un orgullo culinario. Elaborada con arroz principalmente, aunque también se pueden emplear otros almidones, desde la patata a la yuca. Tiene en torno a 20º de alcohol.
Vodka – Rusia
Y para finalizar otro binomio inseparable. Decir vodka es decir Rusia, y viceversa. Tanto que se calcula que un adulto ruso bebe de promedio 20 litros de vodka al año. Sin obviar los problemas de alcoholismo que eso genera, el vodka ha dado lugar también a combinados que son ya patrimonio de la coctelería internacional, como el Cosmopolitan, el Blody Mary o el Black Russian.
Pues eso: ¡salud… y felices viajes!
Nota: recuerda siempre beber con moderación.